1951 - Miquel Xirgu Subirà -
Continuando con la cruzada contra los males del mundo, el demonio del año 1951 fue representado como un personaje estrafalario con los pelos de punta, que iba a caballo por el mundo, es decir, lo dominaba, y tenía un grano muy grande en la nariz que representaba la Santa Misión -una especie de cruzada cristianizadora que se celebró por todo el país y que se había hecho en Badalona tres meses antes-. El friso moralizante que le acompañaba retrataba los vicios y los defectos en la conducta de las personas: la hipocresía estaba representada por un pez con cabeza de cordero; el engreimiento, por una rana coronada; la usura era un pajarito que robaba una moneda; la calumnia, una serpiente de lengua bífida; la deshonestidad, una sirena sinuosa que hacía el ojito -y a quien la censura hizo cubrir el pecho con el cabello-; y la malicia, el lobo del cuento de la Caperucita que devoraba haciendo ver que amaba. Ese año llovió mucho y la lluvia provocó varios desperfectos en el demonio, la cabeza y las manos se tuvieron que rehacer corriendo. La construcción de la figura costó 4.500 pesetas.