1953 - Miquel Xirgu Subirà -
Aquel año el demonio era un camarero con un gran pastel que representaba los placeres en una bandeja, acompañado de tres palos para ganar altura, que aguantaban unas pancartas que hablaban de los placeres: “Los servimos en bandeja. No piense en el mañana. No se preocupe, ya los pagará”. Pero lo más significativo de la ironía del demonio de aquel año fue el vistoso brazalete negro que lucía el camarero, y que suponía todo un reto en los tiempos de dictadura que se vivían. El motivo del brazalete, era la reciente muerte, a principios del pasado mes de marzo, del líder soviético Iossif Stalin, máximo responsable de la expansión del comunismo en el mundo y figura clave en la resistencia que los rusos opusieron a las tropas de Hitler en la II Guerra Mundial.