1962 - Miquel Xirgu Rico -
La figura era un personaje arlequinado de volúmenes muy simples y sin piernas, casi de juguete de arquitectura de maderas. Para montar el demonio en la playa y darle altura se ideó un sistema que denominaron de antena, que consistía en subir la cabeza del demonio al extremo de un gran palo de madera de unos 12 metros de longitud. Después de hacer un hoyo de un metro de profundidad en la tierra o la arena, se elevaba en brazos con cuerdas hasta ponerlo vertical. Entonces se ponía firme con cuatro tiras de alambre a 90º que se fijaban con estacas en el suelo para asegurar la estabilidad de toda la construcción. A continuación, se iban montando alrededor de la antena las diferentes partes del cuerpo desde debajo de la cabeza hasta llegar a la base. Es decir, era un demonio que se construía de arriba hacia abajo. A diferencia de hace unos años, en que todos estos trabajos se hacían con grúa y en orden inverso de montaje, entonces únicamente contaban con la ayuda de una escalera extensible que los bomberos se la dejaban para la ocasión.